Accesibilidad y Uso Racional de Medicamentos, una mirada desde FSFA.-22.04.2012
Por el Farm Daniel Alvarado, Vicepresidente de FSFA
La accesibilidad al medicamento es un derecho constitucional que tiene todo ciudadano argentino independientemente de su condición económica, social, religiosa, y geográfica. Todo medicamento tiene una posible acción terapéutica, que puede obtenerse si el medicamento es bien utilizado. Para ello, la entrega del medicamento debe estar siempre acompañada por la información adecuada para su buen uso.
Las premisas recién mencionadas, junto con el factor equidad, son condiciones fundamentales para que pueda existir la accesibilidad al medicamento en un contexto de uso racional.
Según la OMS, el uso racional de medicamentos consiste en que los pacientes reciban la medicación adecuada a sus necesidades clínicas, en las dosis correspondientes a sus requisitos individuales, durante un período adecuado y al menor costo posible para ellos y para la comunidad.
El suministro informado de los medicamentos es una premisa fundamental para asegurar el uso racional de los mismos. Para ello, las fuentes de información utilizadas deben ser independientes, transparentes y contrastadas con la experiencia.
La prescripción y dispensación a un paciente determinado debe considerar la realidad de su entorno: cultural, socio-económico, geográfico, laboral y familiar. La gestión del suministro de medicamentos debe asegurar la continuidad de los tratamientos conjuntamente con la evaluación de los resultados en el paciente.
La accesibilidad debe ser equitativa; para ello, todos los recursos tanto económicos como humanos deben estar integrados y coordinados. Los gobiernos deben garantizar el acceso universal a los medicamentos, como así también el uso racional de los mismos.
En accesibilidad, además de la correcta información, se debe tener en cuenta:
· las políticas de precios y su regulación,
· los márgenes de comercialización,
· los precios de referencia,
· las compras centralizadas,
· las importaciones paralelas,
· la prescripción por nombre genérico,
· los medicamentos genéricos y la promoción de los mismos,
· el uso y la difusión de los denominados -según la OMS- medicamentos esenciales, tanto desde el punto de vista de la accesibilidad como del uso racional.
Se requiere que la red sanitaria de provisión de medicamentos sea lo más inclusiva y abarcativa posible, participando tanto los centros privados como públicos.
Actualmente la red de provisión ambulatoria está conformada por alrededor de 22.000 puntos de atención entre Hospitales, Centros de Atención Primaria (CAPs) y farmacias comunitarias. No obstante, y a pesar de la amplitud de la red, en algunos casos no se llega a satisfacer la accesibilidad física al medicamento de muchos conciudadanos. Esto se ve agravado por la existencia de establecimientos que no cumplen con el aseguramiento de la calidad en el buen uso del medicamento.
No todos los centros públicos de atención ambulatoria que entregan medicamentos tienen servicio farmacéutico disponible. La ausencia del estado en legislación adecuada que regule y asegure la red de provisión desde la accesibilidad geográfica, implica una falta que atenta contra los habitantes que viven en las zonas más alejadas de las grandes ciudades.
No solo los recursos económicos son una limitante para tener una red sanitaria de provisión de medicamentos efectiva, sino también es necesario reevaluar la visión de todos los recursos humanos disponibles.
Se insiste en que el uso racional de medicamentos debe contar con una prescripción, una dispensación y un consumo racional de medicamentos. Para que esto se cumpla, tendría que existir en todo el territorio una POLÍTICA FARMACÉUTICA que involucre a todos los agentes que intervienen en ella y que tenga como objetivo central el bienestar y salud de la gente, desde la investigación básica hasta la dispensación al ciudadano. De allí, la importancia de invertir en programas de investigación sobre la utilización de medicamentos, que tengan en cuenta nuestra realidad socio-económica y cultural.
Además de la calidad del fármaco (“interior del frasco”), el estado debería contar con una política que también garantice su efectividad (lo que podríamos denominar “fuera del frasco” referido al acceso al medicamento en tiempo, forma y dosis adecuadas, información, cumplimiento farmacoterapéutico, etc). En este sentido, resulta clave incorporar esta última premisa como tema prioritario.
También en el uso racional, la difusión de información, la educación y la formación constante de los actores, principalmente médicos, farmacéuticos y usuarios, son temas estratégicos en los que se deben trabajar todos los días. Se deben manejar presupuestos de prescripción y afianzar la sustitución de medicamentos por parte de los farmacéuticos.
SÓLO SE PODRÁ ASEGURAR LA ACCESIBILIDAD Y EL USO RACIONAL DE LOS MEDICAMENTOS A TRAVÉS DE UN PLAN ESTRATÉGICO INNOVADOR QUE SE SUSTENTE EN ESTAS POLÍTICAS, Y QUE CONSIDERE LA INTERACCIÓN ENTRE LOS CAMPOS EDUCATIVO Y SANITARIO.