Nota de RedAcción – Una ONG de farmacéuticos creó un proyecto para llevarles medicamentos a enfermos crónicos en el Impenetrable Chaqueño
Compartimos la nota realizada por Red Acción. Link nota completa.
Gracias a Diana Malizia y a todo el equipo de Red Acción por esta excelente nota y por su gran interés por nuestra organización.
“La organización solidaria Farmacéuticos sin Fronteras Argentina, integrada por 180 profesionales de todo el país, trabaja desde 2001 recolectando medicinas ante situaciones de emergencia. En 2018 desarrollaron una iniciativa para garantizar sistemáticamente el acceso a medicamentos a pacientes de diabetes e hipertensión de las localidades chaqueñas Sauzalito y Tres Isletas, dos de las más inaccesibles del país.
Por Diana Malizia25 Mar 2024
Intervenido por Marisol Echarri.
“Mi primer contacto con el Chaco fue en 2018 en la localidad de Sauzalito, ubicada a 250 km del Impenetrable —empieza a contar Jorge Robledo, farmacéutico y bioquímico, miembro de Farmacéuticos sin Fronteras Argentina (FSFA)—. En ese viaje recorrí varios parajes. Los caminos son difíciles. A veces hay que cruzar ríos secos y, en otras ocasiones, con crecidas y bajo lluvia. Mi objetivo personal era recolectar muestras de sangre para detectar el mal de chagas”. Robledo había llegado a ese lugar junto con otro grupo de personas de la provincia de Córdoba, que habían organizado una colecta para llevar al Chaco alimentos y ropa. “Como soy bioquímico me ofrecí para tomar muestras de sangre y devolver los resultados. En esa recorrida por esos lugares inhóspitos habitados por comunidades originarias como wichis, tobas o quom, tuve contacto con las necesidades de esa gente que vive sin agua potable, sin electricidad y muy lejos de los centros de salud”, narra.
A partir de esa experiencia y después de hablar con otros colegas, médicos y referentes de Sauzalito y Tres Isletas, se le ocurrió presentar el Proyecto Crónicos al directorio de Farmacéuticos sin Fronteras Argentina, organización que, además de asistir con medicamentos en situaciones de emergencia o catástrofe, brinda su aporte cuando detectan patologías que requieren tratamientos prolongados en zonas vulnerables. Robledo se dio cuenta de que, además de las enfermedades típicas como chagas, tuberculosis, diarrea y cólera, había otros problemas de salud que requerían de medicación urgente y sostenida en el tiempo. Se trata de dos enfermedades crónicas: hipertensión y diabetes.
Estas enfermedades aumentaron en las últimas décadas en esta población, de acuerdo a los resultados de varios estudios llevados a cabo por las Facultad de Medicina de la Universidad del Nordeste, la Fundación Renal del Nordeste y el Ministerio de Salud Pública de la ciudad de Resistencia. Principalmente, debido a cambios en el estilo de vida, que incluyen la dieta, la actividad física y la adquisición de hábitos tóxicos (mayor consumo de alcohol y tabaco).
En el pasado, estos pueblos subsistían gracias a la caza, la pesca y la recolección de frutos silvestres, pero hoy, debido a la pérdida de territorio y a la degradación del ambiente, disminuyeron las posibilidades de caza y recolección de alimentos, y su dieta pasó a contener más comestibles procesados, harinas, grasas y azúcares. Por otro lado, el acceso limitado o casi nulo a centros de salud empeora la situación, ya que si estas patologías no son diagnosticadas ni tratadas a tiempo, derivan en complicaciones graves (e incluso fatales).
Después de que se aprobara el Proyecto Crónicos, FSFA organizó una campaña para reunir la primera tanda de medicamentos que incluía: enalapril, losartán y amlodipina, indicados para hipertensos; y metformina y glibenclamida, para diabéticos. “Al principio —cuenta Robledo—, había 20 pacientes diagnosticados con estas enfermedades crónicas”. Luego, a medida que los referentes locales empezaron a detectar más casos, se fueron sumando más pacientes y con ellos la cantidad de medicinas que tienen que ser enviadas cada tres o seis meses. En este momento, en Tres Isletas hay 80 pacientes que regularmente reciben los medicamentos y, en Sauzalito, ya suman un total de 35 personas. En cuanto al porcentaje de pacientes adultos según el género, el 60 % son hombres y el 40 % mujeres.
Provisión de medicamentos en forma sostenida
Un paciente crónico necesita siempre su medicación, no en algunos días sí y en otros días no, aclara Robledo. “Nos focalizamos en grupos vulnerables. Nuestra tarea incluye visibilizar desigualdades y hacemos todo lo posible para cubrir las necesidades de las personas que viven en zonas aisladas y que no pueden cumplir sus tratamientos de otro modo”, explica.
El equipo que participa en todo este proceso desde que el problema se detecta hasta que el medicamento llega a destino es multidisciplinario. En este caso intervienen médicos de los hospitales de Sauzalito y de Tres Isletas. Ellos son los encargados de prescribir los medicamentos. FSFA luego se ocupa de conseguirlos a través de donaciones de laboratorios, droguerías y farmacias. Hay también un equipo de enfermeras y asistentes sociales (encargadas de determinar la condición de imposibilidad de acceso al medicamento de los pacientes). Luego están los referentes de FSFA en cada zona y representantes de la Universidad Nacional del Chaco Austral, que aportan sus conocimientos para tomar la presión y hacer mediciones de glucosa.
Como los enfermos de estas regiones viven lejos de los hospitales, lo que se hace desde FSFA es capacitar a enfermeros o a personas idóneas que puedan recibir y entregar la medicación y llevar un control de cada uno de los pacientes. En Sauzalito está Tomás López, un referente sanitario de origen wichi que se ocupa de entregar medicamentos y de hacer un seguimiento. Por ejemplo, si alguno de los pacientes no vuelve en la fecha convenida a buscar los remedios o no asiste a los controles programados, el referente se encarga de ir a buscarlo, de averiguar qué le está pasando. Por otra parte, la referente farmacéutica de esta localidad es Miryam Duszenko y ella también se ocupa, al igual que Tomás, de recibir y distribuir medicación.
En Tres Isletas, Claudia Vergara es la farmacéutica referente de la organización y gracias al Proyecto Crónicos afirma que la salud de muchos pacientes cambió radicalmente. “Es una alegría para mí formar parte de este equipo y poder ayudar a personas que realmente lo necesitan. De otro modo estarían expuestos a sufrir un deterioro importante en su salud”.
Ahí también colabora María Alcira García Reynoso, monja y líder del Centro Comunitario Jesús María, donde funciona un centro de salud. En ese lugar, muchos de los pacientes que padecen estas enfermedades reciben atención médica y son controlados periódicamente.
Más que entregar medicamentos
Juan Carlos Cassino, farmacéutico y docente, referente por la provincia de Córdoba, que trabaja ad honorem en esta organización desde hace diez años, remarca: “No solo se trata de llegar a comunidades vulnerables que tengan serios problemas con respecto al acceso al medicamento, sino que también es necesario que un farmacéutico o persona idónea esté presente en el momento de la entrega para explicarle a cada uno cuál es la dosis adecuada, cómo tiene que tomar cada remedio, en qué horario del día y también la fecha en la que debe volver para controlarse”.
Cassino agrega que cuando esta organización empezó a funcionar para tratar de llevar medicamentos donde hacían falta, no existía el Plan Remediar, un programa nacional que permite distribuir medicamentos a todos los centros de atención primaria desde 2002. “Muchas veces —sigue Cassino—, lo que hacemos desde nuestra organización es ayudar a que centros de salud ubicados en parajes perdidos de la Argentina puedan tramitar el Plan Remediar y cuenten con medicación para asistir a más personas”.
Cassino considera que es fundamental dar a conocer las actividades que llevan a cabo. Por eso, desde hace un tiempo viene dando charlas y cursos en diferentes universidades públicas y privadas que cuenten con la carrera de Farmacia. Su objetivo es que los estudiantes conozcan el accionar de FSFA y así puedan sumar sus capacidades y detectar necesidades en otros puntos del país que necesitan asistencia. Uno de los pilares de esta organización es formar y capacitar farmacéuticos para hacer frente a situaciones de emergencia como inundaciones, terremotos, incendios. Lo que se enseña es cómo gestionar rápidamente los medicamentos que se necesitan, de qué manera hacerlos llegar y cómo lograr la colaboración de las autoridades sanitarias para una mejor distribución y control.
Desde el año pasado, la organización viene trabajando además para sumar una red más amplia que una a todos los farmacéuticos de España, Portugal, América Central y del Sur con el objetivo de aunar esfuerzos y colaborar entre países desarrollados y otros en vías de desarrollo para ayudar a más personas a través de acciones humanitarias y donaciones de medicamentos.
Cómo ayudar
Para aquellos que deseen colaborar con la organización hay varias formas de hacerlo. Por un lado, pueden anotarse como voluntarios (no hace falta ser farmacéutico, sino que se puede ayudar en tareas operativas de campo). Otra manera es asociándose a la organización como farmacéutico o estudiante de farmacia. En cualquier caso, pueden contactarse en este enlace.
En este momento la organización cuenta con un total de 180 representantes distribuidos en todas las provincias y se sostiene gracias a los socios adherentes, a benefactores privados, fundaciones, laboratorios, droguerías y colegios de farmaceúticos que brindan su aporte cada vez que lo solicitan.
Cassino reconoce que a veces se complica completar las entregas porque los envíos son costosos, pero afortunadamente a último momento siempre aparece la ayuda de alguien, ya sea aportando dinero o logística para el traslado de los medicamentos. “Por suerte —concluye Cassino— hay muchos colegas y gente que no es farmacéutica que trabaja solidariamente y está muy comprometida con esto que hacemos”.
Esta nota forma parte de la plataforma Soluciones, una alianza entre Río Negro y RED/ACCIÓN. “